Es una buena noticia que apostar – o empezar a hacerlo- por el liderazgo femenino en las empresas se convierta en tendencia. El reto será, como pasa frecuentemente, evitar que esta corriente se convierta en una moda pasajera.
¿Realmente abrir la puerta al liderazgo femenino tiene tanto que ver con dar solución a los problemas de desigualdad de género que se pueden vivir en la organización?
¿O quizás son dos cuestiones paralelas? Sea como fuera, son ya demasiados elementos sociales y económicos los que presionan para que toda empresa valore como imprescindible la figura femenina en sus órganos de dirección, sobre todo por la generación de más beneficios y por su aportación a la estabilidad laboral y personal de los equipos. Son muchos los estudios que ya muestran que una dirección liderada por una mujer favorece el vínculo colaborativo a la vez que empatiza más con la totalidad de los trabajadores.
Apostar por el empoderamiento de la mujer no es transgredir ni contravenir lo que “es normal”. Dirigir debe poder estar en la mano de hombres y mujeres y valorarse muchas otras aptitudes y habilidades de las que hasta ahora consideramos válidas y necesarias.
Quizás estemos acostumbrados a relacionar la meritocracia con un cierto predominio de la capacidad masculina para liderarla. Sería importante apostar mucho más, desde nuestro sector, por el derrumbe de estos muros repletos de prejuicios. Afortunadamente, en nuestro sector del contact center la mujer desarrolla un rol importante, muy importante. Y no solo por la labor profesional que desempeña y sus múltiples responsabilidades dentro de la empresa, sino por los estereotipos que debe, en ocasiones, sortear.
Valoramos la meritocracia como sinónimo de experiencia y de conocimiento, de acuerdo a la capacitación y profesionalidad de las personas. Y también lo es de igualdad, insistiendo en que el género no pueda suponer un freno al liderazgo.
Centrándonos en nuestro sector, debemos reconocer que el papel de la mujer en él ha evolucionado, admitiendo también que el rol que la mujer desempeña aporta numerosas ventajas y beneficios para el prestigio de la industria. Para lograr que este crecimiento siga su curso, y no pase a ser esa moda pasajera, queremos asumir nuestra responsabilidad y facilitar, con estrategias organizativas -internas y externas- el crecimiento de la mujer en nuestro sector.
¿Qué es lo que hace diferente al sexo femenino cuando ocupa un cargo de dirección? ¿Son innatas sus habilidades por el hecho de ser mujer?
La contribución que la mujer realiza con sus cualidades en este sector comporta, la mayoría de las veces, satisfactorios resultados. La sensibilidad, la paciencia, la empatía, la conexión son algunas de las cualidades imprescindibles para la gestión de un servicio de atención al cliente. Buscamos ofrecer la excelencia en la experiencia de cliente y estamos seguras de que la mujer engloba muchas de las capacidades que como empresa necesitamos mostrar y que se identifican de buena manera con la imagen de marca que queremos dar, en esta industria, tan competitiva como, en ocasiones, impersonal.
Está en nuestras manos recuperar la asociación directa de meritocracia con igualdad de oportunidades. Y la igualdad de género es un eslabón más en esta “lucha” por una igualdad de oportunidades en las ocasiones de ascenso social. Podríamos asegurar que nuestro sector avanza más rápidamente y de manera más “valiente” en este necesario trabajo por dignificar el papel de la mujer sin que este reconocimiento se aprecie como una discriminación positiva.
La igualdad significa eficacia. Ser un buen líder o una buena líder, no es cuestión de género. Se necesitan diversas habilidades y capacidades, unas que desempeña mejor la mujer y otras, el hombre. Es en esta afirmación cuando entra en juego otro de los factores que no siempre se cumple: la igualdad. La igualdad de oportunidades para que nuestra empresa triunfe.
Cumplir con la igualdad demuestra la buena salud de una empresa: contar con personas que sepan motivar, influir, entender, comunicar, tomar decisiones, asumir riesgos, afrontar retos, dialogar, apostar por la innovación, aprender, fomentar el uso de nuevas tecnologías, respetando el criterio de igualdad nos enriquece como personas, como sociedad y como empresas de futuro.
Y ante el aún más que existente desequilibrio de género, es necesario promover acciones que muestren la importancia del conocimiento que la mujer nos puede aportar. Somos un sector afortunado. Tenemos mujeres, varias, que, a día de hoy, dirigen contact centers, y sus resultados son referencia. Pero el camino por recorrer es largo, y no exento de dificultades. Trabajemos, todas y todos, por el reconocimiento de estas mujeres y las que tienen que llegar. Por su visibilidad. Sin miedo, hablemos de ellas. Solo así, y gracias a su generosidad, contribuiremos al desarrollo de políticas de inclusión de la mujer en el sector empresarial.
Trabajemos por la eliminación de estereotipos, generemos oportunidades, abramos puertas y compartamos, hombres y mujeres, la experiencia de liderar de la mano. ¿O es que no queremos todos mejorar nuestros resultados?
Remei Gómez
CEO de CatServeis SXXI
(adscritos a la Asociación CEX)
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